Un okupa acusa a sus caseros de robarle 20.000 euros en joyas y relojes de lujo y la jueza no lo cree

JUAN CANO Málaga ALVARO FRÍAS

La lista de artículos parece sacada del mismísimo Puerto Banús. Acusó a sus caseros de haberle robado un reloj Cartier, tres alfombras iraníes persas, unas gafas Louis Vuitton y otras de la marca Prada, un bolso Gucci, una cadena de oro, tres televisiones... Todos artículos de marca. Todos caros. Sólo una decena de objetos, los pocos que supo valorar, ya alcanzan los 20.000 euros. Y la relación ocupa una página entera de la denuncia.

La acusación llevó a los propietarios a enfrentarse a un proceso judicial por allanamiento de morada y robo que, un año después, ha sido archivado porque la jueza no se cree al denunciante -quien además, al parecer, okupaba ilegalmente la vivienda- y sí a los denunciados, que han estado representados en la causa por el abogado malagueño Manuel Huertas.

Estado en que quedó la vivienda tras ser recuperada por sus dueños./ SUR

El embrollo comenzó en el verano de 2020, cuando el inquilino, que después habría pasado a ser okupa, acudió al cuartel de la Guardia Civil de Mijas para denunciar que sus caseros habían entrado en la vivienda que tenía arrendada y habían sacado todos sus efectos personales.

Según su versión, la tarde del 27 de julio, cuando acudió al inmueble que decía tener arrendado, sorprendió a los propietarios dentro. «Muy nervioso, me dirijo a ellos exigiéndoles que se vayan de ahí y veo que en el interior de la casa no están mis pertenencias. Me dicen que allí no hay nada mío, que yo había abandonado mi vivienda hacía tiempo, que ya no vivía allí, y que ellos habían tirado todas las cosas que había dentro», detalló en la denuncia.

Él, en cambio, aseguraba que sólo se había ausentado durante el fin de semana, por lo que les exigió que le devolvieran sus pertenencias y que se marcharan de allí. Hasta tuvo que ir una dotación de la Guardia Civil, pero según él «no pudieron hacer nada en ese momento» porque además los dueños «habían cambiado la cerradura».

Un okupa acusa a sus caseros de robarle 20.000 euros en joyas y relojes de lujo y la jueza no lo cree

El denunciante negó ser un okupa e insistió en que estaba al corriente en el pago del alquiler, cuya mensualidad era de 550 euros que, según decía, abonaba en mano. Los recibos, dijo, estaban dentro de la casa supuestamente allanada, por lo que no disponía de documento que lo acreditara. Sólo reconoció una falta de pago en junio de 2020 debido al Covid.

Otra estancia de la casa, que se encuentra en Mijas./ sur

Además, dijo que los caseros venían realizando cortes de agua intermitentes para que se marchara. «Entiendo que todo esto es una venganza y ajuste de cuentas, o una realización arbitraria con la que recuperar una casa que estaba alquilada», esgrimió en la denuncia. También negó que su padre -como mantenían los denunciados- hubiese autorizado el acceso a la vivienda para retirar las pertenencias.

Los caseros, por el contrario, explicaron a la jueza que efectivamente el individuo había estado residiendo con su pareja en una de las casas que ellos alquilan, pero que en marzo de 2020 abandonaron esa vivienda porque, al parecer, se rompió la relación. A partir de ese momento -según los denunciados- el hombre se habría instalado en otra casa contigua con un patio más grande que en esos momentos se hallaba vacía, por lo que habría pasado a okuparla ilegalmente y contra la voluntad de los dueños.

El fiscal se posicionó a favor de los caseros y se apoyó en los siguientes argumentos: que el alquiler se hizo por seis meses, por lo que en agosto de 2020 (cuando puso la denuncia) ya no era inquilino; que los mensajes de whatsApp que intercambiaron evidenciaban que no pagó la renta; y que las fotografías aportadas dejan clara la «desidia y abandono» en que la vivienda fue recuperada por los dueños, lo que, para el Ministerio Público, «no permite presumir» que allí quedaran enseres de su propiedad.

A la vista de lo anterior, la jueza concluyó que no había indicios para imputar delito alguno a los caseros. Para la magistrada, el denunciante ocupó «sin que conste permiso» de los dueños una casa aledaña a la que tenía alquilada y, tras un incidente con su expareja, se ausentó de la misma, siendo su padrastro quien accedió al inmueble y recogió sus enseres más personales, indica en su auto.

La jueza da «verosimilitud a la versión de los denunciados» porque el denunciante no puede aportar título que legitime su posesión y no puede acreditar la «preexistencia de efectos que dice que quedaron en la vivienda, algunos de gran valor». Es más, califica de «incomprensible» que no se llevase consigo artículos como «un reloj Cartier, 3.000 euros en efectivo, gafas de gran valor...».

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