¿Cómo puedo invertir en bolsa?

Si alguna vez se te ha pasado por la cabeza que dejar el dinero en la cuenta corriente te hace perder poder adquisitivo año tras año y quieres dar un giro a esa situación, este es el momento ideal para empezar a invertir en bolsa.

Si ya has dado el paso y has decidido invertir, uno de los primeros pensamientos como inversor novato es la compra directa de las acciones de una o varias compañías, es decir, la inversión en bolsa. No obstante, desde En Naranja te explican otras alternativas como los fondos de inversión o los ETF que pueden resultar muy interesantes para los inversores más pequeños.

Pero, ¿qué es lo primero para empezar mi inversión? Como ya mencionamos previamente, la primera opción es comprar las acciones directamente de las compañías que cotizan en bolsa según el precio que marque el mercado. Sin embargo, para poder hacer esta inversión, primero es necesario abrirse una cuenta de valores en un bróker y transferir dinero a esta.

Inversión directa en acciones

Invertir directamente en bolsa supone una serie de ventajas, así como inconvenientes que son necesarios conocer. Dentro de las ventajas existentes, es la propia persona quién compra y vende las acciones en el momento que el inversor quiera; se puede entrar y salir en un valor con agilidad y obtienes rentabilidad por la revalorización de la acción y el abono de los dividendos a los accionistas.

Sin embargo, para hacer una inversión directa en bolsa es necesaria una gran dedicación, ya que hay que realizar un análisis exhaustivo antes de tomar una decisión y es complicado tener una cartera variada, porque se necesita comprar una gran cantidad de acciones al precio que marque el mercado.

Asimismo, este tipo de inversiones trae consigo diferentes comisiones en las que se encuentran las de compaventa, las que cobra el bróker por realizar operaciones con las acciones; las de custodia que son las que cobra el banco por depositar en él tus acciones y las específicas como el cobro de dividendos entre otros.

Entonces, ¿quién sería la persona ideal para invertir en bolsa? Este tipo de inversión está pensada para un perfil de personas con un nivel de riesgo más elevado, entre los que se encuentran los inversores poco agresivos que invierten a largo plazo en compañías muy consolidadas y los más agresivos, que en cambio hacen inversiones a corto plazo teniendo en cuenta la volatilidad de la bolsa y centrándose en empresas más pequeñas.

Fondos de inversión

Asimismo, los fondos de inversión son una buena alternativa para empezar a invertir. A diferencia de la inversión directa en bolsa, el capital se aporta a un fondo común en el que también participan otros inversores, es decir, cuando aportas patrimonio al fondo, también participas en sus resultados. Estos están pensados para invertir a largo plazo, ya que el valor se determina en función de los resultados del fondo.

En este caso, existe un equipo gestor el cual se ocupa de administrar el patrimonio, es por ello por lo que cobran una comisión de gestión. Asimismo en estos fondos hay otro tipo de comisiones, unas por depositaria en la que se tiene que pagar a la entidad en la que esté depositada el dinero y de por suscripción, que aunque no siempre se aplican, pueden cobrar a los partícipes por comprar o vender participaciones.

No obstante, las ventajas que tienen estos fondos son múltiples. La primera de ellas es que puedes diversificar tu inversión, teniendo una gran variedad de activos en tu cartera y además tendrás un gestor encargado de mover tu dinero. Asimismo tiene mayores ventajas fiscales, porque si cambias a otro fondo no es necesario tributar por las ganancias y un mayor acceso a diferentes mercados a los que sería imposible acceder como pequeños inversores.

Este tipo de producto está enfocado para cualquier perfil de inversor, sin embargo, los que apuestan por este tipo en concreto son los que no tienen una preferencia clara por una compañía concreta y prefieren diversificar su inversión de la mano de un gestor.

Invertir en ETFs

Los ETF, es decir, los fondos cotizados serían una vía intermedia entre la inversión directa en acciones y los fondos de inversión, ya que reúnen la diversificación que ofrece la cartera de un fondo con la flexibilidad que supone poder entrar y salir de ese fondo con una simple operación en Bolsa. Estos son un producto cuya función es copiar el comportamiento de un índice, para hacerlo a “imagen y semejanza” de este. Es por ello, que los inversores que podrían estar interesados en los ETF sean los que buscan una inversión que sea diversificada, pero al mismo tiempo, sean conscientes en todo momento del precio al que cotiza el ETF.

Este tipo de inversión tiene menos costes, ya que al no tener un gestor día a día no es necesario pagar por su trabajo, no obstante el no tener esta figura puede suponer una desventaja, ya que su presencia puede ser una diferencia positiva. Otras de las ventajas es que en todo momento conoces el precio al que compras y vendes; y además puedes invertir en todos los valores del índice. No obstante, para traspasar los ETF es necesario pagar los impuestos correspondientes, ya que no se puede hacer directamente.