Por qué este fin de semana en NYFW todo el mundo quería comprar sudaderas falsas

Fashion NewsUna tienda abierta en pleno Chinatown ha sido el centro de peregrinación de todo fashionista.

Por F. Javier Girela

La moda sigue riéndose de sí misma para hacer dinero. Los mecanismos han cambiado y está demostrado que la ironía es la herramienta de marketing que dirige el presente. Prueba de ello es lo que ha sucedido este fin de semana durante New York Fashion Week. En plena Canal St., justo donde comienza la meca de las falsificaciones de la Gran Manzana, Chinatown, ha levantado su persiana un nuevo local. Su aspecto no destacaba por nada en especial, pero justo ese espacio –y no otros– se ha convertido en punto de peregrinación para todo fashionista que se precie.

La oferta se extendía desde sudaderas, camisetas y gorras hasta vaqueros y chupas de cuero, todo serigrafiado con el logo Deisel. Vuelve a leer: D E I S E L, que no Diesel. Si no puedes con el enemigo, únete a él, y antes de rediseñar el logo para combatir las falsificaciones, la firma ha decidido inventarse uno nuevo con el que sellar una colección cápsula que sólo se venderá físicamente en el 419 Broadway esquina con Canal Street (y en diesel.com a partir del 13 de febrero). Sin previo aviso, Diesel abrió esta pop-up store y sus primeros clientes se llevaron a casa prendas de esta edición limitada a precios de falsificación. Pronto se descubrió el pastel y las hordas de gente comenzaron a arremolinarse en torno a la tienda Deisel. Pero, ¿qué tiene de especial tener una prenda legalmente falsa? Ya lo explicó Austin Butts, el adolescente que falsificó el merchandising de la gira de Kanye West, el mismo que terminaron incluyendo en la colección oficial de 'The Life of Pablo Tour' por la alta demanda que suscitó: “Alguna gente no lo pilló, era como: ¿Por qué vamos a querer comprar una camiseta falsa?”, explicaba Butts a Dazed & Confused. “Estas [las falsas] son más raras que las que hay en la tienda, porque 10.000 personas esperaron por tener las reales y sólo unos 100 tienen las de imitación, ¿sabes?”. Y así es cómo el duplicado (bueno) se convirtió en un objeto de culto.

Y aunque este caso es de los pioneros en un industria que busca nuevas formas de hacer dinero, no es la primera vez que observamos este tipo de prácticas. Además del episodio de Kanye West y de la colección que acompañó al lanzamiento de su último disco, firmas como Gucci han jugado con las imitaciones. Primero fue GucciGhost. Este artista se hizo famoso a través de Instagram por estampar el logo de la doble G en objetos inusuales ((barras de bar, baúles de conciertos, su propia ropa...) y fotografiarlos. Alessandro Michele lo descubrió y lo fichó para que interviniera su colección de bolsos en 2015, los cuales grafiteó con la palabra 'Fake' (falso).

Por qué este fin de semana en NYFW todo el mundo quería comprar sudaderas falsas

Y no todo queda ahí, en septiembre de 2017 la firma florentina nombró embajador de su línea de sastrería a Dapper Dan, el hombre que “homenajeaba” sus prendas en los años 80. Y por si fuera poco, en enero de 2018 ha reabierto su atelier en Harlem para ofrecer un exclusivo servicio a medida y de customización previa cita. Una vez más, convertir lo “falso” en exclusivo se confirmó como la paradójica (y exitosa) estrategia de ventas que la industria del lujo buscaba sin descanso.

Te puede interesar

¿Será la ropa de imitación tendencia en los próximos meses?

Gucci convierte en imagen de campaña al hombre que falsificaba sus prendas