Cómo limpiar los objetos de oro en 3 simples pasos

El oro, en estado puro, es un material altamente resistente a las alteraciones de calor o humedad y a la corrosión. Sin embargo, es blando y esto provoca que, en joyería, se endurezca aleándolo con otros metales como la plata, el cobre o el hierro. Esta es la causa principal por la que diferentes objetos pueden perder su brillo, verse opacos y comenzar a mostrar manchas de color verde. Si deseas limpiar tus joyas, pero temes estropearlas sigue estos simples consejos.

El oro es utilizado para fabricar diferentes piezas desde el milenio IV a.C. Es en la Necrópolis de Varna donde se encontró el artefacto más antiguo de oro trabajado de la historia de la humanidad.

Actualmente, el 70% de su extracción y producción tiene como destino la joyería, el 20% las inversiones o reservas y solo el 10% es de uso industrial.

Cómo limpiar los objetos de oro en 3 simples pasos

El de 18 quilates es el de mayor valor en el mercado, esto quiere decir 18 partes de oro (75%) por 6 de otro metal. Sin embargo, también se encuentra el de 14 quilates (58% de oro) y el 10 quilates (41% de oro). En cuanto menor es la graduación de quilates, más susceptible será la joya de sufrir corrosión o abrasiones.

El sudor, el alcohol o los perfumes y el paso del tiempo son las principales razones por las que estos objetos comienzan a perder su brillo. Si buscas dejarlos relucientes nuevamente entonces por en práctica estos trucos.

En un recipiente coloca agua tibia –no caliente ni hirviendo- y unas gotas de jabón o detergente para la vajilla. Introduce los objetos y déjalos reposar durante algunos minutos.

Si la joya tiene alguna incrustación de piedra o perlas procura no extender el tiempo de reposo. Usa un cepillo de dientes con cerdas suaves para frotar toda la superficie y procura quitar la suciedad que se acumula en entre los eslabones de las cadenas o los pliegues de los anillos.

Enjuaga bien con agua templada y procura quitar el exceso de jabón. Luego seca con un paño que no tire pelusa y frota con dedicación hasta que haya recobrado su brillo.