Raquel Sánchez Silva y su impactante top con sello bilbaíno en 'Maestros de la Costura'

MARÍA CALVO

Ya son cuatro las temporadas que Raquel Sánchez Silva lleva conduciendo con éxito 'Maestros de la Costura', el 'talent' de TVE que busca al mejor modista amateur de nuestro país. Junto a un exigente jurado formado por Lorenzo Caprile, María Escoté y Palomo Spain, la presentadora se enfrenta cada semana a un nuevo reto en la pequeña pantalla, donde los aprendices demuestran su destreza entre patrones y máquinas de coser. En cada uno de los programas asisten como invitados importantes figuras de la industria textil, quienes, además de ofrecer su particular visión del sector, visten a la periodista con sus mejores diseños. Da igual si es un traje de largarterana o un dos piezas de Lydia Delgado, un arquitectónico vestido de Andrés Sardá o una modelo vintage de Pedro del Hierro, la placentina defiende cada uno de esos looks de una forma tan magistral que ya es considerada una de las grandes embajadoras de la moda española.

Aparte de las pruebas en sí, y al igual que ocurre con otros presentadores y colaboradores de la televisión como Nuria Roca o Tamara Falcó, los estilismos de Sánchez Silva se convierten cada lunes en lo más comentado en redes sociales. Y en este último programa no iba a ser menos, puesto que ha llevado uno de los diseños más impactantes que hemos visto en todo el recorrido de Maestros de la Costura. Casualmente, es una creación de su compañero, Palomo Spain para su undécima colección, 'The Rehearsal', en la que contó con la ayuda inestimable de la sombrerera bilbaína Mariana Barturen para llevarlo a cabo. Se trata de un top de plumas verdes con flores aparentemente silvestres que lleva implícito un mensaje tras su sorprendente estructura: la de evocar a esa naturaleza agreste que se dio paso en las calles vacías durante el confinamiento.

Más que simples piezas de ropa, el diseñador cordobés quiso hacer una reflexión en esta colección, que presentó a modo de 'fashion film' con tintes documentales en la primera edición digital de la historia de Paris Fashion Week. El andaluz hizo hincapié en cómo la Covid-19 nos robó la pasada primavera, en la que vimos cómo la vida se volvía a abrir paso a través de nuestras ventanas. Una primavera ausente y salvaje que revivió entre adoquines, grietas y alquitrán y que Alejandro Gómez Palomo quiso plasmar en su obra, contando para ello con la habilidad de Barturen, la persona que, quizás, mejor conoce el arte de hacer flores en el circuito de la moda.

Raquel Sánchez Silva y su impactante top con sello bilbaíno en 'Maestros de la Costura'

El resultado de su sinergia ha sido un conjunto de amapolas, margaritas, flores silvestres, tallos y juncos verdes que salen de las costuras, que crecen en aberturas imposibles y cremalleras indiscretas, que trepan sobre trajes de chaqueta, vestidos de lentejuelas y volúmenes de tafetán y popelín, como esas formas de vida insólitas que se han abierto paso en las cunetas. Lejos de lo que pueda parecer, estas flores no son naturales, son pequeñas piezas de Alta Costura confeccionadas en el taller mágico de Mariana. Está situado en el número 56 de la calle Príncipe de Vergara y es un espacio que merece la pena conocer, compuesto por maquinaria única de los años 40 de la que salen auténticas joyas.

En concreto, estas flores que lleva el top que defiende Raquel Sánchez Silva están hechas de seda y algodón, teñidas a mano una a una y alambradas también a mano con diferentes calidades de alambre para que mantuvieran la forma. «No queríamos que se quedaran pegadas a la tela. Queríamos conseguir un efecto muy concreto, como impulsadas hacia afuera. Como si la tela fuera el cemento y de ella surgiera la flor a 90 grados. Ha sido un trabajo muy laborioso de montaje», explica la vizcaína.

La sombrerera bilbaína, además, ha asistido al plató como invitada de excepción, dando una lección magistral de su 'savoir faire' a todos los concursantes y metiéndose al público en el bolsillo gracias a esa pasión que desprende por su trabajo. Ella, sin dejar el mundo de las flores a un lado, vistió un kimono de terciopelo estampado con el sello inconfundible de Ailanto, la firma de los hermanos bilbaínos Iñaki y Aitor Muñoz con quienes tantas veces ha colaborado. Se trata de una pieza de la colección otoño-invierno 2020-2021 bautizada como 'La buena suerte' e inspirada en el libro ilustrado 'Algunas flores japonesas', del fotógrafo, editor e impresor japonés Kazuma Ogawa. Además, lo combinó con unas sandalias 'peep-toe' de vinilo anudada al tobillo de creación propia. Y es que, aparte de sombreros y tocados, Mariana hace zapatos, guantería, plumería, vestidos y velos de novia. Además, ofrece servicios especiales a diseñadores que, como Palomo Spain, quieran incorporar apliques florales o plumas en sus creaciones.

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