Sabemos dónde encontrar el anillo 'calavera' como el que ha llevado Joaquín Sabina en su boda
Hace 21 años, Joaquín Sabina escribió la canción 'Rosa de Lima', dedicada a una desconocida fotógrafa peruana que, al parecer, había robado su inquieto corazón. Se conocieron durante una gira que hizo el cantante por el país andino y desde entonces se convirtió en su musa, su pareja y su confidente, alguien que, como él mismo llegó a declarar en alguna ocasión, «le ha salvado la vida más de una vez». «Jimena no deshoja las margaritas por miedo a que le digan todas que sí», decía uno de sus versos, y eso es precisamente lo que Jimena le ha dicho al maestro de Úbeda tras más de dos décadas de discreta relación. La pareja ha contraído matrimonio en el registro civil de Madrid, ante la presencia del Ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, íntimo amigo de la pareja, las dos hijas de Sabina, Carmela y Rocío, y Joan Manuel Serrat y su esposa Candela, que fueron los padrinos.
Las bodas en tiempos de pandemia no se entenderían sin mascarillas, y eso es lo que utilizaron religiosamente todos los asistentes a la celebración, tal y como ha informado el diario El País. La pareja se marchó por la conocida 'puerta de bodas' de la madrileña calle Pradillo, ella vestida de beige con sandalias negras y él, con un traje azul, una camiseta negra y unas deportivas. En esta ocasión, cambió su icónico bombín por un canotier de paja y acompañó su alianza de casado con la única joya de la que no se ha separado durante años: un anillo con forma de calavera que guarda una curiosa historia detrás.
Es una pieza con un halo de misticismo alrededor, ya que la recibió como regalo del mismísimo Keith Richards. El famoso guitarrista de los Rollings Stones es el genuino poseedor del anillo más mítico de la historia del rock: el de una calavera de plata que hicieron con sus propias manos los joyeros londinenses Bill Hackett y David Court. Se lo regalaron con motivo de su 35 cumpleaños y hoy, a sus 76, el bueno de Keith sigue siendo fiel a esa joya que siempre ha llevado en el dedo anular de su mano derecha. Dada su repercusión, fue el propio Richards quien autorizó a sus joyeros para que hicieran otros anillos similares con los que obsequiar a sus seres queridos, aunque previamente mandó hacer ciertas modificaciones que mejoraron el diseño original. Algunos de ellos fueron a parar a manos de James Hetfield, Erick Clapton, Zakk Wylde, Billy Gibbons o, como es el caso que nos atañe, Joaquín Sabina.
Esta misma historia, la de joyeros que hacen anillos de calaveras para regalar a sus seres queridos y estos, a su vez, seguir con la tradición, se repite en tierras vizcaínas gracias a JABIERBILBAO, el nombre empresarial elegido por el diseñador de joyas, Javier Hernández. «Es algo que me gusta regalar a mis conocidos», asegura. El actor y músico Asier Etxeandia es uno de ellos y no pierde la ocasión de lucirlo sobre los escenarios. «Gracias JABIERBILBAO por regalarme este anillo que ilumina mi mano traficanta de emociones. Fan de tus creaciones, vasco y artista tenías que ser», escribía el actor y músico en su perfil de Instagram, junto a una foto en la que dejaba ver en primer plano su preciada joya. Como no podía ser de otra manera, los amigos de Asier también tienen uno.
Desde el taller de Javier en Portugalete, municipio donde nació y en el que ha vivido la mayor parte de su vida, salen sus joyas talladas a mano con mimo e intuición, tanta que acertó de pleno con los pendientes que hizo a la duquesa de Huéscar para la Feria de Sevilla, sin saber siquiera cómo iba a ser su vestido, y con la divertida 'calavera' customizada con cresta que le regaló a Cristina Pedroche como homenaje a su marido.
El diseñador afirma que sus modelos 'Calavera' son los que más gustan hoy en día. «Es un producto que encaja muy bien en el estilo de mucha gente». Sin embargo, comenzó a diseñarlos para regalar a amigas a las que no veía con joyas de flores o similares. «Soy géminis, por un lado tengo mi parte ñoña y hago flores, tréboles y cosas cuquis con un halo romántico. Mi otro gemelo es un poquito macarra y la forma que tiene de sacarlo es plasmándolo en las calaveras», nos cuenta. Su popularidad ha ido in crescendo, hasta tal punto que mucha gente ya las asocia a su firma en cuanto ven piezas similares.
Eso se habrá cuestionado más de uno al ver la joya de Joaquín Sabina, a la que el diseñador califica como el «Sancta Sanctorum» de los anillos de calavera. «Es la maravilla en los que todos nos hemos inspirado alguna vez para hacer nuestra propia versión», reconoce. Además, dado el éxito que tiene entre las grandes estrellas de la música, nos ha querido desvelar el significado que muchos de ellos le dan a este símbolo lleno de magia y superstición. «La calavera dentro del mundo de la música, y en especial entre las grandes figuras del rock, significa que nadie es más que nadie. Por mucho que hayas sido en vida, cuando muramos todos vamos a ser iguales». Una filosofía muy extendida entre los amantes del rock que ha pasado de generación en generación y que legendarios músicos como Keith Richards o Joaquín Sabina siempre tienen muy presente.
