Mujeres que renovaron la joyería catalana en los setenta

Combinar la plata con el metacrilato fue la innovación que trajo la joyera Teresa Capella, con una técnica que aprendió en la escuela de Pforzheim, en Alemania, sede de la modernización de la joyería en Europa que impulsó en Barcelona la Escola Massana. Era finales de los años sesenta y los movimientos contraculturales y de protesta del mayo del 68 también se engastaron en la joyería, hasta entonces muy vinculada a la ostentación, el oro y las piedras preciosas. Un mundo nuevo se abría en este sector, que se llamó nueva joyería. Como ella, otras mujeres empezaban a destacar en este campo, otrora dominado por hombres. Precisamente a este estallido de la joya contemporánea, entendida como una pieza única y experimental en técnicas y materiales, y el papel clave que tuvieron las mujeres rinde homenaje el Museu del Disseny con la exposición ‘Joyeras 1965-1990. Entre el arte y el diseño’, que se puede visitar hasta el 28 de noviembre.

En los años 50 y 60, las mujeres pudieron acceder a la enseñanza superior de forma más generalizada, y cuando salían de la Massana se montaban un taller y trabajaban como autónomas. De ahí la irrupción de estas 12 joyeras que tuvieron un papel fundamental y poco reconocido en la renovación de la joyería, cuando nació un nuevo concepto de joya vista como una obra de arte, una pieza única de creación de un artista, aunque también trabajaban con pequeñas series, cuenta Pilar Vélez, historiadora de la joyería y directora del Museu del Disseny. En la nueva joyería contemporánea, la experimentación y la creatividad se sobrepusieron a la calidad y riqueza de los materiales.

La plata se convirtió en la materia primordial, pero se alineaba con otros elementos como el latón, con el que trabaja Anna Font; el acero inoxidable, presente en las piezas de Margarita Kirchner; el coral, que usó Ninon Collet; el esmalte, que aplicó a la plata Mariona Lluch; la laca japonesa, con la que experimentó Núria Matabosch; o el tejido, que introdujo Marta Breis en sus creaciones. Chelo Sastre fue de las que tuvo más reconocimiento mediático por sus colaboraciones con Antonio Miró, dónde exploró las joyas incrustadas en el cuerpo, como las gotas de plata en el pecho que causaron furor en Ibiza, recordaba la joyera en la presentación de la muestra.

Mujeres que renovaron la joyería catalana en los setenta

Esta nueva manera de entender la joya tuvo el apoyo de las galerías de arte dedicadas a la joyería. A nivel europeo fueron famosas MAP en Colonia, Electrum Gallery en Londres o Ra en Ámsterdam. En Cataluña, la primera galería y taller fue La Vitrina, situada en Matadepera y fundada por Teresa Capella y su marido, Hans Leicht, en 1978, que antes habían creado la galería Ophir en Berlín. Fue el nacimiento también de asociaciones como Orfebres FAD.

Otoño enjoyado

El Museu del Disseny se enjoya este otoño con otras dos exposiciones que acompañan a esta que deja testigo, junto al libro 12 dones joieres 1965-1990. Art, disseny i experimentació, de los tiempos en qué las mujeres cambiaron el rumbo de la joyería. Hasta el 24 de octubre se podrán ver las piezas seleccionadas de los premios de joyería contemporánea Enjoia’t, organizados por la Asociación de Artistas y Artesanos del FAD (A-FAD), que cuenta con 13 piezas correspondientes a la categoría profesional y 13 a la de estudiantes procedentes e 13 países. Un evento que el año pasado se suspendió por la pandemia.

Además, el museo es el escenario de la feria Joya Barcelona Art Jewellery & Objects 2021, que se celebra en formato expositivo esta 13ª edición. Se trata de un punto de encuentro internacional del sector de la joyería artística contemporánea, que ha seleccionado 75 artistas que representan lo mejor de la joyería artística mundial.