Conducir de noche: esto es lo que debes saber para hacerlo con seguridad

Ya inmersos en pleno otoño y con el comienzo del invierno en el horizonte, los conductores sabemos que las horas de sol escasean y es seguro que tendremos que circular durante más tiempo sin luz natural.Conducir de noche: esto es lo que debes saber para hacerlo con seguridad Conducir de noche: esto es lo que debes saber para hacerlo con seguridad

De igual modo, durante los meses más cálidos del año muchas personas deben desplazarse o viajar durante la noche, por lo que tomar conciencia de los siguientes consejos para hacerlo con mayor confianza y seguridad resulta útil durante todo el año.

Consejos para conducir con seguridad por la noche

No cabe duda de que siempre es importante tener el vehículo en buen estado, especialmente en lo que respecta a los neumáticos, los frenos, las suspensiones o la dirección, que marcan la diferencia en lo que a seguridad respecta.

Conducir de noche: esto es lo que debes saber para hacerlo con seguridad

No debemos esperar a que el sol se ponga, es mejor encender las luces con antelación para ver y ser vistos

Pero, más allá de eso, existen otros aspectos a tener en cuenta cuando conducimos durante la noche, independientemente de si lo hacemos en trayectos cortos o largos viajes. Son los siguientes:

El conductor

El vehículo

Hábitos que ayudan

Cómo evitar el sueño o cómo saber si nos dormimos

El reloj biológico de nuestro cuerpo es mucho más poderoso de lo que puede parecer, por lo que entra dentro de lo normal que durante la noche comience a disminuir su actividad y aparezca el sueño.

En ocasiones es imposible luchar contra él y no nos quedará más remedio que parar y dormir, pero existen algunos hábitos que nos pueden ayudar a retrasarlo:

Para saber si nos estamos durmiendo, las pistas que dan los ojos como el lagrimeo, la vista cansada o el picor de ojos nos indicarán que estamos cansados y que debemos parar, pues nuestro cuerpo ya empieza a estar al límite de sus energías. Otros síntomas son los bostezos o la sensación de inquietud.

Tengamos en cuenta que, circulando a 120 km/h, recorremos 33 metros por segundo. Cerrar los ojos un pequeño espacio de tiempo puede hacer que choquemos o nos salgamos de la vía, sufriendo un accidente grave o incluso la muerte. ¿Merece la pena?