Jesús María 2022: Malena Carignano, pilchera de profesión

Cada noche, sobre el campo de doma del Anfiteatro José Hernández, se realiza una actividad que conjuga tradición, pasiones y, desde hace unos años, también acérrimos detractores, aquellos que abogan por los derechos de los caballos.Jesús María 2022: Malena Carignano, pilchera de profesión Jesús María 2022: Malena Carignano, pilchera de profesión

En medio de esa combinación tormentosa, luego de una edición cancelada por la pandemia, el Festival de Jesús María vuelve a convocar a todos los que aúna la jineteada.

Mientras que sobre el escenario Martín Fierro desfilan los artistas, sobre ese corazón verde al centro pasan, durante la noche, varias tandas de jineteada, en sus tres categorías.

Es un equipo complejo el que se hace que todo salga como tiene que salir: hay muchos roles y mucho más que los jinetes en el campo. Está el capataz, a cargo de todo, los apadrinadores, que se encargan de atrapar al jinete que completa sus segundos y debe salir del caballo, también acarreadores que traen a los animales desde los establos hacia los postes.

Jesús María 2022, día 5: con el carnaval jujeño de Los Tekis llegó el primer lleno

Además, en ese torbellino se destacan los pilcheros, los que llevan las “pilchas”; es decir, los elementos que se usan para montar y que varían de categoría a categoría, antes de que vayan saliendo los jinetes.

Todos esos rostros son mayoritariamente masculinos, hay una predominancia abrumadora. Y en el medio, se ven apenas un par de caras femeninas, de cabellos sueltos que recuerdan que sí, que las mujeres estuvieron y están: pueden no tener tanto lugar, pueden tener un rol más humilde, pero están y van a seguir estando.

Junto a Claudia Ávila, quien ya lleva varios años como pilchera, cabalga Malena Carignano, joven de 19 años de ojos brillantes y orgullosa de su lugar en esta cita de doma y folklore.

Criada en el campo, acostumbrada a trabajar en él con su papá, cuenta que fue por primera vez al Festival “en la panza” de su mamá, y como para su familia Jesús María es tradición, no se ha perdido ni uno solo desde ese momento. De hecho, su papá es Sebastián Carginano, el capataz de campo. Su mamá es fabricante de ropa típica y tiene uno de los puestos.

Cuestión de herencia

“Somos de Salsipuedes. Mi familia es del festival desde siempre. Mi abuelo fue el primer campeón, Emilio Toranzo. Mi otro abuelo fue capataz de campo, jurado también muchos años”, relata.

Jesús María 2022: Malena Carignano, pilchera de profesión

Hoy en día, Malena estudia veterinaria en la Universidad Nacional de Río Cuarto y sueña con especializarse en animales grandes, si puede ser caballos de destrezas, sino de polo sería una buena opción. Cuenta que disfrutó mucho su primer año universitario, a pesar de su condición de “pandémico”.

Claro, también monta desde muy chiquita: “De bebé me llevaban y ya con dos o tres años andaba sola”. Así fue como se le abrió esta oportunidad. “Antes había otra chica que era pilchera y que no vino más. Como saben que ando a caballo y siempre estoy, me hablaron de la comisión interna para preguntarme si quería ir. Era menor todavía cuando vine la primera vez”, precisó.

Malena está feliz porque este “es un lugar que mucha gente quiere”. Este año la llamaron de vuelta y claro, ahí está.

Cuenta que cada día su familia vuelve a su hogar en Salsipuedes. Suelen hacer el viaje diario con tres caballos. El suyo se llama Sacristán.

Sus obligaciones en el campo terminan entre las 12 de la noche y la una de la mañana, con la última tanda de jineteada.

Durante el día, Malena a veces acompaña a su padre en sus funciones, como revisar y controlar el estado de los caballos, o ayuda a su mamá en el puesto.

¿Se ha imagina algún día como, supongamos, capataz de campo? ¿Ha habido mujeres en ese rol? “No ha habido ninguna. Es un ambiente un poco machista este. Está bueno que haya mujeres que trabajen y la verdad que todos te dan participación, nadie te hace sentir como inútil o nada. Yo ya los conocía a todos los que trabajan entonces quizás por ahí es distinto. No obstante, conmigo todos siempre re bien”, responde. Para Malena, su lugar es “representar a la mujer de campo”, dar visibilidad.

Buena repercusión

Si bien no se considera estrictamente feminista, sí apoya muchas cuestiones de la lucha. “Cuando una mujer se equivoca haciendo la misma tarea que un hombre, es mucho más criticada, no está bueno. Por eso está bueno representar esto de la mejor manera, demostrar que la mujer también puede hacer estas cosas”.

Aunque parezca poco, tiene repercusión que ella y la otra pilchera estén todas las noches desempeñando sus funciones en ese mar de hombres. Mucho se nota entre las más pequeñas: “Las nenas vienen, saludan, te piden sacarse fotos”, comenta encantada.

También reflexiona sobre las críticas a la jineteada y la acción proteccionista: “Desde hace algunos años se está regulando la jineteada, hay una raza de caballos, una asociación que regula, como hay también una asociación de polo argentino. Los jinetes antes quizás eran puesteros o gente que trabajaba en el campo, ahora son deportistas, se preparan”.

“Es un tema difícil porque son miradas muy distintas, es complicado entenderse. También hay mucha ignorancia, hay cosas que se suponen que son de una forma y no son así. Quizás es un poco culpa nuestra también, de no darlo tanto a conocer”, piensa.

Por otro lado, opina sobre el uso de cascos y otros elementos de protección, que estaban planificados para este año pero que no se pudieron implementar por demoras pandémicas en la distribución, según explicaron desde el Festival.

“Estaba bueno lo de que se use casco y chaleco -sentencia al respecto-. Con que se evite un accidente, ya es un montón. Algunos están en contra pero yo creo que está bien. Que se haga un deporte significa que se empiece a regular así”.

La mamá de Malena, Alejandra Toranzo, sonríe al hablar de su hija y cuenta: “A ella le encanta todo esto, es su pasión. Igual, ella no viene a hacer esto hoy, lo hace todos los días, trabaja en la hacienda: se va al campo sola, cura un ternero, todo”.

“Y le gusta muchísimo andar a caballo. Además es super amiguera, y una chica muy alegre y muy compañera de su papá”, redondea.

“Tiene dos hermanos varones, también pueden trabajar en el campo pero no les gusta la jineteada. Pero hemos tratado de criarlos lo más libres posibles para que puedan tomar sus propias decisiones”, completa.

A la madrugada, cuando termina todo, solo queda relajarse y disfrutar. Malena dice que se suma a las alternativas de esparcimiento, pero antes observa que “fue muy raro enero 2021, el primer verano sin festival”.

Y luego agrega: “De cualquier forma este año también es raro, no es un festival muy común, que siempre es una fiesta y está lleno de gente. Está un poco más apagado pero es bueno que se haya podido hacer, y veo muchísima gente con barbijo”.

“Además es una fiesta: hay cosas para hacer, boliches… Me hubiera gustado ver Los Manseros y me gusta que haya cuarteto después del folklore, tengo ganas de ver a La Konga”, concluye.

Así, cuando se baja del caballo, aprovecha para disfrutar esas noches de festival y verano con amigas.