La colección de Schiaparelli resume cómo se compra (y se entiende) la moda en 2021

ANÁLISISAl menos, parte de ella. La propuesta de Daniel Roseberry para la histórica casa condensa las predicciones de los expertos: piezas básicas y joyas epatantes

Por María JoséPérez Méndez

Una colección de Schiaparelli suele ser sinónimo de surrealismo, delirio y derroche creativo sin compuertas. “Un surrealismo escrito con alegría”, como sostiene el mismo Daniel Roseberry, diseñador de la histórica casa que ha recogido el testigo de una creadora que no entendió de limitaciones funcionales a la hora de pergeñar sus piezas. Un espíritu que parece permanecer intacto hoy en día, ya que, según Roseberry, “todos los que amamos la moda entendemos que hay un incómodo matrimonio entre el diseño y las ventas. A menudo, las ventas deben ganar. Es por eso por lo que amo trabajar para una casa de Costura, donde la creatividad aún define la misión y nunca es tratada como algo secundario”. Esta visión podría resultar contraproducente para el negocio y, sin embargo, ahora mismo sería la más alineada con él. Al menos, según los expertos.

Los compradores de las tiendas multimarcas de lujo han ido detectando un patrón de compra muy claro: piezas básicas que puedan complementar joyas especiales. “La gente está buscando pequeños tesoros que están destinados a durar toda la vida”, comentó a Vogue España Tiffany Hsu, directora de compras de Mytheresa. “La joyería es relevante debido al teletrabajo y las videollamadas en las que se ha encontrado envuelta la sociedad. Al final, no es solo tener un top bonito”, desgrana Hsu, “sino combinarlo con unos pendientes geniales o un collar sorprendente, lo que te hace quedar bien en pantalla”. Y aunque no ha hecho mención a la digitalización, esa máxima de simplicidad y extravagancia es la que ha movido a Roseberry a la hora de diseñar la colección de Schiaparelli de otoño-invierno 2021/2022. “La insistente audacia de los elementos decorativos se yuxtapone con una sobria elegancia”, explica Roseberry. “La colección, compuesta casi por completo por una paleta de tonos negros, blanco marfil y azul marino está pensada para ser un lienzo, una serie de uniformes que la mujer que la lleve puede decorar tanto (o tan poco) como quiera”.

Esa propuesta de tonos neutros está formada por un buen elenco de pantalones y chaquetas de tweed, pero también de vestidos de todo tipo, tanto en formato little black dress como en formato nocturno, rosa y con capucha. En este fondo de armario también hay trajes de chaqueta (más o menos) tradicionales, y otro de minifalda en pata de gallo; hay gabardinas y abrigos de patrón formal, camisas, vaqueros y alguna prenda de punto. Ropa que, en definitiva, podría parecer básica y que, sin embargo, atesoran siluetas “irreverentes”. Pero lo verdaderamente delirante está en las joyas, una de las grandes bazas de la firma en las pasadas colecciones y pilar fundamental para el próximo otoño. “Es dedicación a lo inesperado, lo arriesgado, lo exuberante” pueden encontrarse “en la joyería, colgantes oversize, pendientes y anillos que combinan la absurdez dadaísta con proporciones fanfarronas”. Hay candados, flores, cerraduras y, por supuesto, casi cualquier parte del cuerpo que se imagine, ya que la anatomía femenina vuelve a ser inspiración para unos accesorios que pierden su concepción literal para transformarse en protagonistas.

La colección de Schiaparelli resume cómo se compra (y se entiende) la moda en 2021

“Esa fascinación por las partes del cuerpo se extiende a nuestras piezas con adornos inspirados en bustos y en el pecho femenino”, cuenta Roseberry. “En otras ocasiones, son más robustas, como si de una protección se tratase: serias con conciencia de sí mismas”. Tanto esos aderezos como los que se encuentran en las propias prendas “son un tributo al cuerpo en sí mismo (su hermosa cualidad escultural, sus asombrosas formas)”. Los anillos con forma de muelas son algunas de las piezas más destacadas, con permiso de los pendientes y los broches que adoptan la forma de orejas, narices, ojos y labios humanos, en un nuevo capítulo de las joyas figurativas. Son ellas las que (sin perder de vista la conexión con el arte) ensalzan todavía más las prendas de colores neutros, ya sea en versión maximalista, como el look con pantalones y sujetador de piel, ya sea en versión minimalista, como en el caso del vestido negro largo. “Las piezas permiten la libertad de expresión, tanto si eso significa un grito como un suspiro”, explica Roseberry, resumiendo bien cómo se entiende y se compra ahora la moda. Al menos, parte de ella.

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