Ante la segunda temporada de esRadio

Si hace tres años, cuando estábamos en plena tarea de resistencia a la campaña de acoso y derribo en la COPE (y ganando) nos hubieran dicho que íbamos a tener una radio nuestra y con lo mejor de la programación de COPE y Libertad Digital TV, no nos lo hubiéramos creído. Si hace dos años, cuando estábamos en plena tarea de resistencia a la campaña de acoso y derribo en la COPE (y perdiendo), nos lo hubieran vuelto a decir, tampoco nos lo hubiéramos creído. Y si hace un año, cuando empezamos en esRadio una tarea tan satisfactoria en lo profesional como dificultosa en lo empresarial, nos hubieran asegurado que un día antes de nuestro primer cumpleaños nuestra radio estaría plenamente consolidada como proyecto nacional, con una programación extraordinaria y unas finanzas de lo más saneado del gremio, lo hubiéramos tomado por bobo, orate o architarumba.

Pero esa es nuestra situación hoy, de ella cumple felicitarse y, desde mañana mismo, ponerse al tajo. Estos tres años, los dos de Numancia y el de Cádiz, cubren un ciclo milagroso, si no glorioso. Pero si han de serlo de verdad, conviene verlos como pasado emotivo, no como siesta de presente. En unas horas comenzamos una nueva época en la que lo de siempre debe, como casi siempre, reinventarse. Tenemos que conseguir que, siendo lo que siempre hemos sido, no hagamos del pasado numantino la pira del presente. Lo peor seguramente ya ha pasado. Es hora de ponerse a mejorar.

Lo difícil en este año va a ser acostumbrarnos a lo cotidiano, a la lenta mejora de lo que hay, a la invención o reinvención de lo que hicimos, a la conquista de lo que podemos ser sin depender de lo que hayamos sido. La tarea de esta temporada es consolidarnos como radio nacional, mejorar poco a poco –porque estamos en una dictadura política sobre los medios de comunicación, que se ejerce a través de concesiones, vetos y prohibiciones– nuestra cobertura y multiplicar las iniciativas que permitan una presencia de esRadio en la escena mediática español. Y para ello necesitamos que Libertad Digital y Libertad Digital TV estén más integrados que nunca en esRadio y viceversa. Tenemos la única redacción realmente multimedia de España, tenemos unas instalaciones, unos equipos y una base técnica cuyo talento y originalidad sorprenden a cada paso. Cuando este 6 a las 6 entre en el nuevo estudio de radio y televisión, lo haré encantado, maravillado por la continua capacidad de crear y recrear, inventar y reinventar de toda la gente, por lo general jovencísima, que nos acompaña en esta empresa.

Por ese pasado aún reciente y sin duda importante, nuestro grupo, periodístico y empresarial, es y será noticia. El día en que la noticia no lo sea, habrán triunfado los urbanejas y comadrejas de la desinformación. Este año, para no variar, menudearán las noticias sobre nuestras viejas y nuevas alianzas, de Unedisa a Intereconomía, pasando por alguna más. Ya adelanto que me gustaría que, por una vez, todos los acuerdos que nos atribuyan sean ciertos. Intentaremos que lo sean, manteniendo la independencia y la libertad que siempre hemos tenido pero afianzando el terreno que pisamos. Hemos sobrevivido a la orden de exterminio. Ahora debemos asentarnos, fortalecernos, seguir disfrutando con todo lo que hacemos y hacerlo mejor.

Me gustaría transmitir en la temporada 2010-2011 precisamente eso: la alegría de la cosecha recordando la siembra y la alegría de cada siembra pensando en la cosecha. Han sido tres años durísimos, pero excepcionales. Ahora viene algo aún más difícil: acostumbrarnos al día a día, a madrugar sin que nos madruguen y a acostarnos sin que nos duerman y sin dormir nosotros a nadie, salvo, claro está, el que se venga a dormir con nosotros. En De la noche a la mañana, resumí en la última frase lo aprendido en vida de Antonio Herrero: "hacer cada programa como si fuera el último". Hoy debo añadir: "y pensando que mañana volverá a ser el primero".

En fin.