El sostén, en la cuerda floja: "Me he puesto más mascarillas que sujetadores durante la pandemia"

“Para mí ha sido lo mejor de la pandemia, el 13 de marzo de 2020 me quité el sujetador y he estado sin llevarlo meses y meses”, cuenta Sofía, una abogada de 39 años. "Para qué voy a usar sujetador si solo voy a estar en casa, me decía. Ahora, tengo que volver a la oficina y creo que me lo voy a tener que poner, sobre todo en verano para que no se marque nada. Siempre está detrás el qué pensarán si no llevo sujetador, la falta de confianza. Pero en invierno con un jersey volverán al armario”, asegura.

Lo mismo le pasa a María, de 40 años. Tras un covid persistente, en la que estuvo 50 días en cama no concibe tener que ponerse un sujetador más en su vida. "No lo soporto. Creo que dentro de unos años pasará como con el corsé, que diremos ¿por qué llevábamos algo que nos oprime y nos molesta?". Dice que lo intenta, que cree que es bueno llevarlo a veces y sobre todo para que el pecho no se caiga, pero aún así le resulta imposible. "Es la libertad. Me he puesto más mascarillas que sujetadores durante la pandemia".

Días y días en casa, sin salir, permitieron a muchas mujeres olvidar que existe el sostén y moverse libres, hasta que para muchas se ha vuelto costumbre. Hoy miles de ellas se pasean por las calles sin sujetador y desafían lo impuesto. Ellas no son las únicas en descartar el sujetador como la prenda básica que era. Hay muchos hashtags que han surgido en las redes sociales como #nobrachallenge (el reto de no llevar sostén). Para muchas mujeres es solo una cuestión de comodidad —igual que cambiar el vaquero por el pijama.

Una de las mujeres que más han destacado en el movimiento #Nobra contra el sujetador es la actriz estadounidense Dayna Kathan: "Cada vez que volvía a casa y me desabrochaba el sujetador era como liberarme de una cárcel, por lo que lo dejé de usar".

El sostén, en la cuerda floja:

Pero no todas las mujeres opinan igual. Es muy diferente tener poco pecho que tener mucho. “Yo no concibo mi vida sin sujetador. Es como no ponerme bragas. Sigo poniéndome sujetador a todas horas y todos los días. La ropa de trabajo, al estar en casa, es más cómoda pero el sujetador es básico. Sin sujetador estoy más incómoda. Además, tengo que estar preparada para en cuanto cierro el ordenador en casa irme corriendo a por los niños. Para mí sigue siendo fundamental”, explica Susana periodista de 46 años.

"Está muy bien eso de liberación de la mujer pero para las que tenemos mucho pecho es algo que ni se plantea. Yo me pongo sujetador todos los días, en pijama, en bata o para salir a la calle y no duermo con él de milagro. Es verdad que me he comprado uno sin aros para estar en casa, pero el sujetador es básico para personas como yo, con el pecho grande, y somos muchas”, explica Ana, una profesora de 42 años, que cree que cada uno debería ser libre de elegir. "Para unas será la libertad pero para otras es una tortura no llevarlo".

Ropa 'homework' de algodón, lo más demandado

La industria de la moda se ha visto afectada por la pandemia y esto se ha notado en su consumo. Este año, el sector textil-moda ha clausurado el ejercicio 2020 facturando un 25% menos que el año anterior, según un estudio elaborado por el clúster Catalán de la Moda MODACC. Y a la vista está que la industria de la moda se ha transformado en tiempo récord y se ha adaptado a los espacios y a los hábitos de la sociedad. La prueba de ello, es que con la llegada del coronavirus y el confinamiento, que ha incrementado, o al menos recuperado, las ventas de ciertas prendas. Categorías que han suavizado la caída gracias al cambio de rutina de la sociedad. Por ejemplo, la ropa íntima, la de mujer, ha superado las ventas en comparación al mismo trimestre del año anterior.

Fuentes de El Corte Inglés aseguran que había una tendencia creciente del mercado a sujetadores sin aros y sin push up que, se ha mantenido y que ha crecido durante la pandemia. Pero lo que más ha despuntado ha sido la demanda de bragas de algodón y de tiro más alto, además, se ha visto un aumento de prendas ‘homework’, ropa cómoda como pijamas, pantalones anchos, camisetas todo de algodón. “Los sujetadores cómodos están prosperando en un mundo de trabajo desde casa. Sin duda, la tendencia ha sido hacia la ropa cómoda y homework”.

"Me pica, se me clava y me molesta"

Para muchas, esta prenda puede llegar a ser un verdadero martirio: se clava el tirante, aprieta el aro todos los lados, se sube la tira de la espalda, se clava... En la mayoría de los casos, sin embargo, esto sucede porque no se usa el sujetador apropiado. Se calcula que siete de cada diez mujeres no usan la talla y la copa correctas.

"Yo es que me siento incapaz de llevarlo. Me pica, me molesta y encima ahorro. Para mí no llevar sujetador es lo más”, asegura Macarena Ruiz, una empleada de banca de 40 años. He probado camisetas, tops, tallas más grandes y nada, todo me estorba. Cuando llegue el verano no sé qué va a pasar, pero pretendo no volver a llevarlo, tardo menos en vestirme, es una cosa menos en la que pensar”.

"Visto con perspectiva los sujetadores con aros ahora parecen una forma poco amable de tratar mi cuerpo" expone Silva de 39 años. He comprado muchos sujetadores nuevos este año. Parece que he comprado más sujetadores este año que cualquier año anterior, eso sí, todos sujetadores deportivos, bralettes y sujetadores para dormir. Los antiguos están en el fondo del cajón".

¿Es bueno llevar sujetador?

Los expertos aseguran que no existen estudios científicos que asocien el uso de sujetador con el pecho caído. No obstante, no llevarlo también puede hacer que los ligamentos y tejidos se estiren por efecto de la gravedad y los movimientos, sobre todo si los pechos son grandes. Hay factores biológicos y genéticos que hacen aumentar o disminuir la posibilidad de flacidez mamaria, como los embarazos, la obesidad, el adelgazamiento rápido y los deportes violentos.

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