Las webs de segunda mano también conquistan Emiratos Árabes

Emiratos Árabes Unidos (EAU) se ha hecho un nombre como centro del lujo, el glamur y el despilfarro. A nadie le sorprende que la sucursal en Dubái de la casa de subastas Christie’s saque a la puja por 2,9 millones de dírhams (unos 665.000 euros) un reloj Patek Philippe que perteneció al rey egipcio Faruk; o que haya quien esté dispuesto a pagar una millonada por una matrícula de coche con una numeración caprichosa. Las tiendas de marcas caras se repiten hasta la náusea en cada centro comercial y transmiten la idea de que en este país todo el mundo está forrado.Las webs de segunda mano también conquistan Emiratos Árabes Las webs de segunda mano también conquistan Emiratos Árabes

La realidad de la mayoría de sus nueve millones de habitantes es más pedestre, como lo prueba la proliferación de portales de venta de segunda mano. Los primeros surgieron a la sombra del mercado del lujo. Ropa y complementos carísimos que sus propietarios, con frecuencia propietarias a la vista de las prendas, descartaban tras haberlas usado unas pocas veces. Así accedían a piezas por encima de sus medios muchos expatriados embriagados por el ascenso social.

Las webs de segunda mano también conquistan Emiratos Árabes

Pero los LuxuryCloset o Designer-24, que según la empresa de análisis de mercados MEVP crecen a un 5% anual y para 2020 alcanzaran unas ventas de 3.500 millones de dírhams, ya no están solos. La prensa local se hace eco del éxito de webs de venta de segunda mano menos exclusivas y con un catálogo de productos más amplio. Frente a los bolsos de Luis Vuitton o los trajes de Armani que anuncian aquellos, en theDubaiBazaar.com o secondstore.ae se pueden encontrar desde móviles y tabletas, hasta ajuar de cocina, pasando por zapatillas de deporte.

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Parte del éxito de estos portales tiene que ver con la naturaleza y movilidad de los habitantes, el 89% de ellos extranjeros. En gran medida, las webs remplazan a los anuncios de compra-venta en los tablones de la empresa o la comunidad de vecinos. Pero también se intuye el efecto del encarecimiento de la vida, dado que los salarios no logran batir a la inflación, la reciente introducción del IVA y otras tasas.