Anécdotas, museos, mercadillos, cenas Lo que ha dado de sí el viaje de los Reyes a Estocolmo

En la noche de ayer jueves, los Reyes pusieron broche a su visita de Estado de tres días a Suecia, que ha estado marcada por la majestuosidad de los actos y las atenciones recibidas tanto de Carlos Gustavo y Silvia como del resto de la familia real sueca, que se han volcado en agasajarles.

En la apretadísima agenda de estos tres días hemos visto un paseo en carruaje con gran pompa por las calles de Estocolmo, una cena de gala con duelo de joyeros reales, el recibimiento de las máximas autoridades, un almuerzo en el Ayuntamiento, actos culturales como la visita al museo Nobel, encuentros económicos de Don Felipe con industriales suecos, y un largo etcétera.

También nos ha dejado anécdotas y curiosidades, por ejemplo, de la misma embajada de España donde Don Felipe y Doña Letizia ofrecieron ayer una recepción de despedida para corresponder a sus anfitriones. Villa Byström, conocida como el palacio del príncipe Carl, se construyó en el siglo XIX en estilo neoclásico y su secreto es que fue adquirida por el rey Alfonso XIII para ayudar a su pariente Karl, tío abuelo del rey Carlos Gustavo, que sufría grandes problemas económicos. No fue en la Embajada ni en ninguna residencia oficial donde se alojaron los Reyes, sino en una de las 31 suites del espectacular Gran Hotel de Estocolmo, ubicado frente al palacio real, que se inauguró en 1874 y donde desde 1991 se alojan los galardonados con los premios Nobel y sus familias.

Si nos remontamos al inicio de la visita, el motivo de que los Monarcas suecos recibieran oficialmente a los españoles en las caballerizas de palacio, algo inédito, es que ese recinto data de 1535 y es un museo que alberga medio centenar de espectaculares carruajes de época con sus caballos y cocheros, de los cuales 20 pertenecen a los reyes, que solo los utilizan para las grandes ocasiones. Esta vez los sacaron para agasajar a sus regios invitados españoles, aunque dadas las bajas temperaturas, se utilizaron carruajes cubiertos, en uno de los cuales viajaba Don Felipe con el rey Carlos Gustavo, y en otro la reina Silvia con Doña Letizia.

El plato fuerte mediático del viaje fue esa fastuosa cena de gala que ofrecieron la noche del miércoles los monarcas suecos en el palacio real. Doña Letizia hizo un guiño a sus anfitriones luciendo un vestido azul low cost de la firma sueca H&M, cuyo precio es de 300 euros, que también tiene en su armario la heredera sueca, Victoria, aunque ella le añadió mangas de tul. Lo estrenó en las fotos oficiales por su décimo aniversario de boda con Daniel Westing.

Anécdotas, museos, mercadillos, cenas Lo que ha dado de sí el viaje de los Reyes a Estocolmo

En contraste con su modelo low cost, Doña Letizia lucio las más valiosas joyas "de pasar" de su antepasada Victoria Eugenia: la tiara flor de lis, emblema de la dinastía Borbón, con broche a juego, las pulseras gemelas de Cartier y el collar de chatones. Nada menos que competía con el espectacular joyero de los Bernadotte, la actual dinastía sueca, y su magnífica colección de tiaras procedentes de la Francia imperial, pues Jean Baptiste Bernadotte, que subió al trono en 1818, era ministro de guerra de Napoleón. La reina Silvia lucia en la cena la tiara de los camafeos, que perteneció a la emperatriz Josefina, esposa de Bonaparte y la princesa Victoria, la tiara Kokoshnikde aguamarinas, valorada en medio millón de euros.

Para nota fue el exquisito menú servido, cuyo entrante consistió en trucha ártica con caviar del río Osterdalarven y crema agria de cebollino, después un rodaballo salvaje con guarnición de pulpo sueco, compota de puerros y caviar de Kalix. Y por último montura de reno ahumada con enebro y salsa de ciervo. De postre se sirvieron manzanas de otoño escalfadas con caramelo salado, brioche de hojaldre y helado de tahiti.

Una de las anécdotas ha sido que por vez primera en mucho tiempo hemos visto a Doña Letizia sin mascarilla en los actos oficiales, ya que en Suecia no es obligatoria en interiores e incluso esta desaconsejada, sustituyéndose por la distancia social.

Tampoco han faltado momentos simpáticos, como el que tuvo lugar tras la comida privada que ofrecieron los Monarcas suecos a los españoles, tras la cual los cuatro Reyes decidieron dar un paseo desde el palacio real al cercano museo Nobel. Don Felipe y Doña Letizia no resistieron la tentación de pararse en un puesto navideño de los muchos que proliferan estos días por las calles de Estocolmo, aunque no llegaron a comprar nada. Hay que decir que las relaciones entre la familia real sueca y la española son muy estrechas, ya que además son parientes, pues tanto Don Felipe como el Rey Carlos Gustavo son descendientes de la reina Victoria de Inglaterra.

Fuera de lazos de sangre, la Reina Letizia hizo buenas migas con Sofia Hellqvist, esposa del príncipe Carlos Felipe, con la que se la vio charlar animadamente en varias ocasiones. Tras su polémico pasado como stripper, hoy Sofia está plenamente integrada en la familia real y hace unos meses ha dado a luz su tercer hijo.


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