Pol Granch: “Me dan mucho vértigo y mucho miedo las críticas, que no sepan discernir entre mí y Philippe, mi personaje en Élite”

Entrevista
El cantante Pol Granch no se cogerá vacaciones este verano, porque se acaba de matricular en el colegio más famoso del mundo: Las Encinas, donde se desarrollan las truculentas tramas adolescentes de Élite, la superproducción de Netflix que estrena nueva temporada.

Por F. Javier GirelaPol Granch: “Me dan mucho vértigo y mucho miedo las críticas, que no sepan discernir entre mí y Philippe, mi personaje en Élite” Pol Granch: “Me dan mucho vértigo y mucho miedo las críticas, que no sepan discernir entre mí y Philippe, mi personaje en Élite”

Decía Henry Ford que el secreto de una vida exitosa es encontrar cuál es tu destino y perseguirlo. Pol Granch parece haber encontrado el suyo apenas rebasando la veintena. Lo hizo cantando a todo trapo con su familia en el coche, y desde entonces ha recorrido el camino con ese je en sais quoi que pocos atesoran, ese “Factor X” que diríamos en España. De hecho, el artista franco-español se alzó con el premio de la edición patria de este famoso talent show en 2018. Un trampolín que dio impulso a su nervio y le ha permitido convertirse en uno de los cantantes más escuchados del momento. Primero con un discreto EP con su nombre y después con su álbum debut, Tengo que calmarme (2020), con el que, junto con otros sencillos que ya adelantan su siguiente trabajo (Lüky Charm, Tiroteo), multiplica el número de reproducciones en las plataformas de streaming por millones. Granch ni puede ni quiere calmarse, de hecho, se acaba de estrenar como el príncipe Phillippe von Triesenberg en la nueva temporada de Élite, la que supone la cuarta de esta ficción española de Netflix que triunfa en todo el mundo. El único lugar donde el éxito viene antes del trabajo es en el diccionario, y nuestro protagonista lo tiene claro.

GQ: Tu primer disco se llama Tengo que calmarme, pero según Spotify hay poca calma porque tienes dos millones y medio de escuchas mensuales.

Pol Granch: Bueno, yo creo que, a pesar de haber sacado el álbum en pandemia, ha ido superguay. Cuanto más pasa el tiempo, más me voy decepcionando a mí mismo, porque ni puedo ni quiero calmarme, porque así va todo genial (risas). Quizá es un poco masoca por mi parte, pero me salen bien las cosas cuando estoy a tope. Y si me calmo, quién sabe, a lo mejor no tengo esta energía. Podemos decir que tengo que “tengo que calmarme” fue un concepto que en realidad no me he aplicado ni me apetece. Ya habrá tiempo para eso.

Por otro lado, ya has empezado de nuevo a dar conciertos, ¿no?

¡Si! He estado en La Riviera, en Madrid, en Vigo... Algunos se han cancelado por la situación actual también, pero estamos adaptándonos. La vuelta está siendo un poco rara, porque el público es más reducido, están todos sentados, ves lo que hace cada uno de ellos, las caras que ponen, cómo te miran, te enteras de cuándo sacan el móvil... Pero bueno, el calorcito y el apoyo lo sigo notando igual, así que perfecto.

Y para rematar te has metido en Élite, la serie de Netflix, en la que interpretas a uno de los novatos de la nueva temporada.

Es curioso porque con mi equipo siempre bromeaba con la idea de salir en Élite, me decían: “Pegas en el reparto”; y, de repente, le llegó a Luis, mi representante, una propuesta para un papel. Era para un personaje diferente al que interpreto. Hice una prueba ¡y no me cogieron! Entretanto saqué el álbum y los videoclips, y volvieron a contactar con Luis con otro personaje que tenían en mente y en el que creían que podía encajar mejor. Entonces sí cuadró y así es como he terminado encarnando a Phillippe von Triesenberg.

¿Qué podemos esperar de Phillippe von Triesenberg, tu personaje en Élite?

Pol Granch: “Me dan mucho vértigo y mucho miedo las críticas, que no sepan discernir entre mí y Philippe, mi personaje en Élite”

Es una persona oscura, la verdad. Viene de la nobleza francesa y está acostumbrado a vivir en una burbuja de oro, por lo que no es muy consciente de lo que pasa en la vida real. No está acostumbrado a recibir un “no” por respuesta y, cuando llega al colegio Las Encinas, su falta de confianza le genera una serie de inseguridades que lo llevan a actuar de una determinada manera y a hacer cosas bastante cuestionables. La evolución del personaje es brutal, tiene un arco bonito y es entretenido, que al fin y al cabo es lo que hay que conseguir.

¿Cómo construiste a este personaje tan particular?

Los primeros días me junté con la con la directora para empezar a darle forma y me dijo que, al hablar, no quería que sonara a ningún acento español específico. Estuve dándole vueltas mucho tiempo, hasta que le propuse darle un toque francés a su manera de hablar. Mi padre es francés y tiene un ligero deje que nada tiene que ver con lo típico que hacemos los españoles al imitarlo, así que pillé muchas cosas suyas para darle más realismo.

¿Qué te ha aportado esta nueva experiencia en la actuación?

Siempre me ha gustado el mundo del acting, de hecho, estudié un año en la escuela de Cristina Rota. Delante de una cámara tengo la misma sensación que cuando estoy en un concierto. Eso sí, aunque puede parecer un mundo similar a la música, es totalmente diferente, con otras mecánicas y nuevas informaciones. Actuar me ha dado la posibilidad de abrirme y me ha ayudado a saber relacionarme mejor con la gente. Yo entré un poco más tarde que el resto del reparto, cuando todos ya se conocían, y eso da respeto, pero al estar con un equipo tan grande durante tanto tiempo, tienes la oportunidad de conocer a la gente más profundidad.

¿Has tenido posibilidad de parar desde 2018, cuando ganaste Factor X?

¡Nada! Yo creo que el único parón fue el confinamiento, y tampoco paré mucho, porque estaba con el disco y preparando lo de Élite. No he pensado mucho en todo lo que viene, no sé cómo enfocarlo. Obviamente soy consciente de que el estreno de la serie tendrá una repercusión, me pone muy feliz que haya gente viéndome, juzgándome y tirándome feedbacks positivos, pero también me dan mucho vértigo y mucho miedo las críticas, que no sepan discernir entre entre ficción y realidad, o que haya gente que vaya a escuchar mi música pensando que la canta Philippe. Es un personaje que tiene muy poca empatía, ya sea por la vida que lleva, por su familia o porque no le han dejado desarrollarse como él quería y hacia sus ideas; y no me gustaría que me relacionaran con eso en la vida real.

Has llegado a decir “soy muy inseguro en todos los aspectos de mi vida menos en la música y la creatividad”, ¿en qué sentido?

No sé el porqué, pero sí sé en qué aspectos de mi vida soy muy inseguro y tendría que hacérmelo mirar, porque soy muy, muy, muy gilipollas. ¡La mayoría de las cosas por las que sufro son tonterías! En el aspecto musical no es que tenga seguridad, pero sé lo que quiero hacer. Cuando escucho algo, en mi cabeza me imagino enseguida cómo quiero que sea. Cuando me subo a un escenario siento que exploto. Todos los movimientos que se reprimen en la calle o todo eso que no me gusta de mí desaparece. Cuando estoy solo ahí arriba con la banda es uno de los únicos momentos en los que estoy en calma.

¿Recuerdas la primera vez que cantaste algo y pensaste que querías vivir de ello

Perfectamente. Siendo muy pequeñito, iba con mi familia en el coche a comer a un restaurante al lado de mi casa. Las Cochiqueras, en San Agustín de Guadalix, un pueblo al norte de Madrid. De repente, empezó a sonar un tema de La quinta estación, Me muero, y lo canté en alto. Fue la primera vez que canté delante de mi familia y me motivó un montón.

¿Cómo te llevas con las redes sociales?

Es una relación de amor - odio, porque hay veces que me apetece hacer mucho contenido y sé que podría hacerlo y me apetece interactuar con la gente, hacer tweets... Pero luego también me sigue costando un poco que haya gente pendiente de lo que haces, me echa un poco para atrás.

¿Cómo va tu faceta de gamer?

Cuando se me quite la vaguería que tengo encima y haya completado otras cosas que tengo que hacer, me pongo (risas). De momento, ya tengo el ordenador, que siempre lo he querido pero nunca daba el paso. Ahora mismo estoy a tope con el Valorant, aunque soy malísimo. También he jugado mucho al Skyrim, Destiny, el último Spiderman, Zelda: Breath of the Wilds... Siempre he sido gamer, he tenido todas las PlayStation, me encanta jugar, ver vídeos en YouTube... y pensé “por qué no”, puedo hacerme un canal o abrirme un Twitch. Suelo ser bastante callado, y este puede ser un camino para estar más cerca de mi público o incluso hacer una canción con ellos.

¿Cuál es tu relación con la moda?

No le doy demasiadas vueltas. Me despierto, me apetece algo, voy a por ello, me lo compro y me lo pongo; o me despierto veo un pantalón en el armario de mi madre y, si cierra, me lo planto. Me aburro muy rápido de mí imagen y me gusta experimentar con la ropa, verme con cosas diferentes.


Fotografía: EnaneiVídeo: Jor MartínezMontaje: Ismael G. NicolásRealización: David Rivas x Aigo StudioMaquillaje y peluquería: Bosco MontesinosAsistente de fotografía: Héctor FraileAgradecimientos: Aigo Studio


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