Farraguas

VICTORIA PELAYO RAPADO

Me gusta oler el interior de un libro nuevo, y puede que ese gesto sea, dentro de no mucho, un gesto del pasado; ya se sabe, no solo se lee menos, es que los que leemos cada vez lo hacemos más a través de dispositivos electrónicos. He de reconocer que leer en 'tablet', 'ebook', kindle o cualquier dispositivo de los que existen hoy en el mercado es muy cómodo, una leve presión de la yema de un dedo basta para pasar página. Un pequeño aparato, apenas mayor que un 'smartphone', no pesa pero no huele, permite llevar cargado un libro o dos docenas de ellos; además, el prodigioso aparatito cuenta con luz propia, reloj, conexión a internet, adapta el tamaño y grosor de la letra a cada ojo, subraya, busca definiciones o traduce palabras. Todas esas ventajas, y más, posee el libro electrónico; uso y abuso para la vista.

Para no perder esa maravillosa costumbre de abrir un libro, hoy traigo a esta Zona una revista, 'Farraguas', con motivo de su tercer cumpleaños; no es un número alto, pero en tiempos digitales, y pandémicos, sacar el número tres de una revista en papel es meritorio.

Farraguas

Llama la atención su peculiar nombre, 'Farraguas', que en Extremadura se usa para designar a una persona desaliñada, y en Portugal lo usan las madres para llamar a sus hijos, mezclando el cariño con la riña; en el diccionario dialectal significa desaliñado, con los jarapales fuera del pantalón; o desatacado, porque lleva la ropa fuera: «Atácate la ropa, que vas hecho un farragua».

Del término la revista solo ha tomado prestado el nombre, nada que ver con alguno de sus desastrados significados, porque 'Farraguas' ni es desaliñada ni lleva jarapales. Como muestra, la portada, obra y regalo de Fermín Solís, homenajeando al mismísimo Gene Kelly bajo una lluvia de libros, ¡ojalá no fuera solo un dibujo! Ya sus antecesoras, ilustradas las dos portadas respectivamente por Pedro Camello y Francisco Casares Holguín, revelaron que de farraguas solo llevaban el nombre.

Ojeamos 'Farraguas' y lejos de parecer desatacada destaca el impecable trabajo de diseño y maquetación de Fernando Mejías.

Hojeándola, apreciamos que está muy bien aliñada: poesía, narrativa, entrevista, artículo y un especial, «inmortales», en esta ocasión dedicado a J. M. Santiago Castelo, por el catedrático Miguel Ángel Lama. En este tercer número merece la pena resaltar las colaboraciones de José Mª Cumbreño, Eugenio Fuentes, Miguel G. Andrea 'Gol' y Adonay Kustanilló.

Se gestó en el seno de una tertulia literaria cacereña, 'La croqueta', y se fraguó por gente de aquí y de allí, en cualquier caso apegada a esta tierra, aprecio que se percibe en la edición primorosa, casi un producto artesanal, amasado a mano y mimado. No se editarán miles de ejemplares, poco más de un ciento, ni se presentará en sociedad como gran efeméride, la acompañaremos unos cuantos amigos respetando la distancia.

No importa cómo o qué, papel o pantalla, libro o revista, más que nunca importa leer. Ojalá, con la que está cayendo, el dibujo de Solís cobrara vida y llovieran libros del cielo en lugar del dichoso virus.

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